Había querido ser el viento para entrar en tus suspiros
y poder recorrer tu interior,
llevarme conmigo aquel rencor sabor a tabaco
y ser la arena que pisaran tus pies.
Había querido ser la lluvia
y ser la lágrima que cayera de
esas piscinas de esmeraldas
que se disfrazan en tus ojos
ellos eran los luceros que iluminan mi vida
ahora solo queda el gris artificial...
de las fauces del olvido
en aquella cueva de penas sin glorias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario